Zipaquirá y la Catedral de Sal
A pesar de que la noche anterior un bogotano intentó convencernos de que no fuéramos a conocer la Catedral de Sal de Zipaquirá, decidimos ir porque nos parecía uno de los destinos más interesantes del país cafetero y porque no podíamos dejar de conocer a la denominada “Primera Maravilla Colombiana”.
Para visitar la famosa Catedral de Sal es necesario llegar a Zipaquirá. Esta ciudad es la capital del departamento de Cundinamarca y queda a tan sólo 48 kilómetros de Bogotá. Está ubicada sobre el Cerro del Zipa (jefe máximo indígena), a 2.652 metros sobre el nivel del mar y tiene una temperatura promedio de 14ºC.
En la actualidad Zipaquirá es uno de los lugares más visitados de Colombia y esto se debe a dos de sus atractivos más importantes: la Mina de Sal, una monumental pieza arquitectónica, y la Catedral de Sal que es un centro religioso y uno de los santuarios católicos más célebres del país.
Cómo llegar a Zipaquirá desde Bogotá:
Para llegar a Zipaquirá hay que tomar el Transmilenio con destino al Portal del Norte (líneas B14, B1, B73). Una vez allí, hay que ubicar el módulo de transportes intermunicipales y tomar la flota hacia Zipaquirá.
El valor del ingreso al Transmilenio hasta la terminal es de 1750 COP y el de la flota hacía Zipaquirá es de 3900 COP. En total el viaje desde Bogotá a la Catedral dura como 2 horas: una hora hasta la Terminal del Norte y de ahí otra hora más hasta Zipaquirá.
Al llegar a la ciudad de Zipaquirá hay que caminar un par de cuadras hasta el ingreso al complejo cultural “Parque de la Sal”. No acepten que los lleven en taxi, porque la distancia es realmente muy corta.
Una vez que ingresamos al parque lo primero que aparece ante nuestros ojos es la Plazoleta de las Banderas y la escultura de la Virgen de Guasá, que es la santa patrona de los mineros. En la plaza ceremonial también están la Cruz Cardinal, el Monumento al Minero, el Campanario y las Fuentes de Agua.
Luego de abonar la entrada, ingresamos a la mina en donde empezamos a sentir el olor mineral y todo se va tornando oscuro, aunque hay una imponente iluminación para que podamos apreciar todas las esculturas.
La visita en el interior es guiada y dura 1 hora aproximadamente. Durante el recorrido se pueden ver muchas esculturas en roca tallada y los túneles que albergan las estaciones del vía crucis.
Dentro de la mina se puede apreciar una vasta colección artística, compuesta en su mayoría por esculturas de sal y mármol.
El lugar es interesante, sobre todo desde el punto de vista arquitectónico, ya que es el único sitio en el mundo en donde hay una iglesia en el interior de una mina de sal, pero la visita guiada es bastante artificiosa, demasiado “show” para mi gusto, como que están todo el tiempo tratando de venderte algo y no de contarte la historia del lugar.
A pesar de eso, pienso que vale la pena visitar el lugar para poder apreciar esta gran obra de ingeniería y arte religioso.
Horarios y valor de las entradas:
El lugar está abierto de lunes a viernes de 09:00 hasta las 16:30. Los sábados y domingos de 09:00 hasta las 17:00.
Con respecto a las entradas, la tarifa oscila entre los 17000 y los 27000 COP según el número de atracciones que se quieran visitar. Nosotros pagamos la tarifa de 17000 COP que incluía la entrada a la Catedral de la Sal y la proyección de una película en 3D la cual no vimos. A esa tarifa le sumamos 3000 COP y dimos una visita en un trencito por la ciudad de Zipaquirá.
Realmente no vale la pena hacer esto último, porque el recorrido es muy breve.
Si tienen hambre en la plazoleta hay como un patio de comidas con capacidad para 300 personas.
Bueno, esto es todo por ahora.
Nos leemos en el próximo capítulo!
Abrazos, Patricia
Dejar un comentario