Trekking en el Macizo Los Gigantes
No soy muy amiga de la montaña ni de los deportes. Nunca he practicado senderismo, ni footing, ni mucho menos. De la misma manera nunca hice trekking, ni fui a excursiones en donde se hace observación de aves y ni siquiera he participado de caminatas fotográficas. Si visito las sierras de Córdoba, me gusta caminar tranquila y disfrutar de la naturaleza a mi ritmo.
Por eso participar de un trekking en el Macizo los Gigantes fue todo un desafío para mí. El nivel de dificultad de la actividad no requería de una gran preparación física, así que trate de no pensarlo mucho y me sumé a la excursión.
El Macizo Los Gigantes:
El Macizo Los Gigantes es una antigua formación rocosa, la cual está ubicada al norte de la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala y es uno de los lugares preferidos por los montañistas de todo el país que van a practicar escaladas en roca o trekking, entre otras actividades.
Existen varios circuitos para recorrerlo, los cuales tienen distintos grados de dificultad y se eligen según el estado físico y el tiempo del que disponen los participantes, ya que algunos circuitos comprenden más de 1 día de actividad.
Cómo llegar:
Como era una actividad organizada por la facultad en donde estoy cursando, viajamos en un bus privado el cual nos recogió en la Plaza Colón cerca de las 06:00 de la mañana. Para el que quiera viajar por su cuenta, debe dirigirse a la Terminal de Buses de Córdoba y comprar un pasaje en alguna de las empresas que pasen por Los Gigantes, como por ejemplo Sarmiento.
La salida hacía el Macizo de los Gigantes se realiza por la autopista Justiniano Posse rumbo a Villa Carlos Paz. Luego el bus toma la ruta 38 hasta llegar a la rotonda de Tanti y el siguiente tramo se hace transitando la ruta asfaltada primero y luego unos 30 kilómetros de ripio hasta llegar a la Reserva Hídrica Pampa de Achala.
Hay varios accesos a Los Gigantes, pero el más conocido y corto es por La Rotonda. Al llegar a este lugar hicimos la primera parada para desayunar con todo el grupo y además recibimos las indicaciones de parte de los profes y guías.
La Rotonda cuenta con alojamiento, comedor y baños y la tarifa para ingresar es de 25$ por persona por día.
Después de desayunar, nos re acomodamos e iniciamos la caminata por el sendero que conduce al Cerro de La Cruz. Las indicaciones previas nos recordaban que debíamos llevar linternas, silbatos, mudas de ropa, protector solar y mochila cómoda, lo que prometía un itinerario por demás interesante.
Durante este primer tramo fuimos bordeando una quebrada hasta llegar al primer punto de desvío, que es la roca “El Pollito”.
Durante la caminata empezamos a ver los distintos tipos de rocas del lugar y a observar la flora y la fauna. Fuimos avanzando a tranco lento, mientras en el camino aparecían los primeros maitenes, tabaquillos, grandes helechos y orquídeas. En cada tramo el panorama fue cambiando y vimos desde cascaditas, arroyos de agua cristalina hasta ríos subterráneos y cuevas.
Al mediodía hicimos una parada para almorzar y luego continuar hacía la segunda parte que era la más exigente: el ascenso al Cerro de la Cruz (2260 msnm). Este cerro debe su nombre a unas grietas de su cara oeste y no, como muchos creen, a la cruz metálica que se encuentra en su cima.
A esta altura la caminata se puso complicada, pero contamos con la ayuda de los guías que nos asistieron durante todo este último tramo. Al llegar a la cima, tuvimos la recompensa y pudimos disfrutar de unas vistas increíbles de los cerros Pan de Azúcar, Uritorco, el Lago San Roque y el Dique los Molinos. Los guías nos comentaban que días soleados, este no era el caso, se puede apreciar toda la belleza de Villa Carlos Paz y sus alrededores.
Luego de la visita al Cerro de la Cruz, iniciamos el descenso y bajamos hasta La Rotonda, donde nos esperaba el bus para emprender el retorno a Córdoba. Para ese entonces estaba exhausta, deseando reencontrarme con la ducha y con mi cama lo antes posible.
¿Si disfrute de la excursión? La verdad que me gustó hacer este viaje con mis compañeros de cursado, podría resumirlo todo diciendo que me sentí a gusto con la compañía, aunque no tanto con la actividad. Otro tanto a favor son los paisajes que vimos mientras subíamos, la belleza del paraje no tiene comparación con nada, pero aún así sigo prefiriendo estar en contacto con la naturaleza a mi ritmo. Esto de ir de acá para allá, por una senda marcada y formado parte de un grupo de personas bastante numeroso (había otros cursos además del nuestro), definitivamente no es lo mío.
No digo que sea una excursión que no valga la pena, sino que particularmente prefiero otro tipo de actividades. Por lo pronto, no creo que vuelvan a ver otro post de trekking en este blog, al menos en los próximos meses :).
Bueno, esto es todo por ahora.
Nos leemos en el próximo capítulo!
Abrazos, Patricia
Hola!! cuanto pagaron la excursion con guia?? se puede ir sin????
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Agustín, fue una excursión privada organizada por la facultad. La reserva tiene guías, asi que solo es cuestión de llegar y contratar los servicios allí! Saludos, Patricia
Me gustaMe gusta