Que ver en Barcelona en un día
Si tan solo tuviese un día para recorrer Barcelona, sin dudarlo elegiría pasear por Las Ramblas. Esta turística avenida, que se extiende desde la Plaza Catalunya hasta el Port Vell y separa los tradicionales barrios del Raval y Gótico, condensa lo más tradicional, representativo y emblemático de la ciudad.
Teatros, mercados, tiendas de flores, restaurantes, pintores, mimos y estatuas vivientes le dan vida, color y sabor a lo largo y a lo ancho.
En esta entrada te cuento como organizar un city tour a pie para recorrer todos los lugares imprescindibles en la zona de las Ramblas y no perderte nada.

Primera parada: Las Ramblas de Barcelona
Pasear por Las Ramblas es ya de por sí una atracción turística, pues es de los lugares más animados de Barcelona. Esta popular avenida va cambiando de nombre a medida que avanzamos: así tenemos un tramo llamado Rambla de Canaletas, otro Rambla del Estudis y también tenemos la Rambla de Sant Josef, la Rambla dels Caputxins, la Rambla de Santa Mónica y la Rambla del Mar. Si bien cada tramo está perfectamente delimitado, lo mejor es caminar sin prisas y dejarse sorprender por todo lo que ofrecen.
Si empezamos la caminata en la Plaza Catalunya, lo primero que vamos a ver es la Fuente de Canaletas, la mismísima fuente a donde se reúnen los “culés” o aficionados del Barça para celebrar los éxitos de su equipo. Según reza una creencia popular: “Si bebes agua de la fuente de Canaletas, serás para siempre un enamorado de Barcelona y por lejos que vayas, siempre volverás”.
Muy cerquita de la fuente, se encuentra el célebre Mercado de la Boquería. Este colorido mercado repleto de puestos de frutas, verduras, chocolates y por supuesto pescado, es visitado tanto por locales como por turistas y es un festín para la vista, el olfato y para todos los sentidos en general.
La Boquería, como le llaman los catalanes, es mercado municipal y a la vez atractivo turístico, ya que las estadísticas indican que es el mercado que más visitas recibe por año. En sus diferentes puestos no solo se pueden adquirir productos frescos como el famoso jamón ibérico, sino que también hay restaurantes que ofrecen variados menús en base a pescados y mariscos, principalmente.
Al lado del Mercado de la Boquería se encuentra la centenaria Pastelería Escribá. Esta patisserie, fundada en el año 1820, es una de las más antiguas de Barcelona y atrae no solo por las cositas ricas que elabora, sino también por su colorida fachada. Tiene varias especialidades, entre las que se destacan sus joyas comestibles. Si, como leyeron: por unos 20 € se pueden comprar unos anillos de caramelo que son una verdadera obra de arte.
Si seguimos avanzando y levantamos la vista, nos vamos a sorprender con un gran dragón chino de hierro forjado que se asoma desde lo alto de una casa. Se trata de la original, modernista y oriental Casa Bruno Quadros, diseñada por el arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas a pedido de Bruno Quadros, un señor que hizo una fortuna vendiendo paraguas. Hoy en día alberga una sucursal bancaria, pero su colorida fachada sigue adornada con abanicos, paraguas y muchas pinturas con personajes orientales.
Más adelante, y a los pies de la parada del metro Liceo, nos encontramos con el Gran Teatre del Liceu. Considerado uno de los grandes teatros europeos, este teatro ha sido escenario de las más prestigiosas obras interpretadas por los mejores cantantes del mundo.
Finalmente, y casi al final de las ramblas, se encuentra el Palau Güell. Este palacio modernista fue encargado a Gaudí por el conde Eusebi Güell, quien fue uno de los más importantes industriales de sus tiempos, así como político, científico y escritor. Al ser uno de sus primeros encargos, Gaudí puso todo su esmero y se dice que sólo para la fachada llegó a presentar más de 25 proyectos.
Luego de la visita al Palacio Güell, mi recomendación es seguir caminando hasta el Mirador de Colón y desde allí cruzar al puerto para tomar un catamarán y recorrer el Mediterráneo.
La Casa de los Paraguas Panadería Escribá La Casa de los Paraguas
Segunda parada: el Puerto de Barcelona
El Puerto o Port Vell es la parte más antigua de Barcelona y es un lugar en donde se puede pasear, hacer shopping, practicar deportes marítimos y visitar museos. Es una excelente idea recorrerlo para admirar el costado marítimo de la ciudad y disfrutar de sus playas, los centros comerciales y las Drassanes Reials.
Quien quiera aventurarse en las aguas del Mediterráneo, puede subirse a cualquiera de las embarcaciones que salen desde las diferentes estaciones marítimas y que realizan un recorrido que permite disfrutar de los principales iconos marítimos de la ciudad: el Maremágnum, el puente Porta de Europa, la Torre del Reloj, el Antiguo Faro de la época de Carlos III o el Hotel W, entre otros.
Se puede llegar a la zona del Port Vell en metro a través de la Línea 3 – Estación Drassanes, aunque lo mejor es recorrer la zona caminando.
Mi recomendación es recorrer durante la mañana las Ramblas de Barcelona, bajando desde Plaza Catalunya con dirección al mar y llegar hasta el Port Vell, que nace justo donde mueren las ramblas. De esta manera, y antes de embarcarnos, podemos visitar las Drassanes Reials del siglo XIV, el Museo Marítimo de Barcelona, el gran Centro Comercial Maremágnum, el Aquarium de Barcelona, el cine IMAX y el Moll de la Fusta.
Si están en Barcelona o tienen planeado visitar la ciudad condal, no dejen de acercarse hasta el puerto ya sea para navegar en un catamarán o simplemente para observar la puesta del sol.
Tercera Parada: el Barrio Gótico
“El Gótico” es el barrio más antiguo de Barcelona y uno de los más turísticos y fotografiados. Delimitado por Las Ramblas, la Vía Laietana, el Paseo de Colón y la Plaza de Cataluña, este conjunto de angostos callejones atesora grandes joyas arquitectónicas.
Su aire medieval atrajo un par de años atrás a Tom Wywker y su equipo para filmar la película “El perfume: historia de un asesino”, film en donde podemos ver al protagonista, Jean Baptiste Grenouille pasearse por la Calle Ferrán o cometer un asesinato en la Plaza Felip Neri.
La ciudad ofrece variados tours para adentrarse en este particular barrio, pero la mejor manera de recorrerlo es perderse en sus laberínticas calles, sumergirse en cada uno de sus recovecos y sorprenderse a cada paso con los restos de muralla romana o la arquitectura gótica que la rodea.
Barrio Gótico Calle del Obispo Santa María del Pi
Algunos de los puntos destacados del Barrio Gótico son:
- La Plaza Real: con sus llamativas palmeras, su gran fuente central y sus farolas diseñadas por Gaudí, es una de las tantas plazas que podemos recorrer en este barrio. Situada junto a Las Ramblas, este espacio de estilo neo-clásico es uno de los más animados de la zona gracias a la presencia de varios restaurantes, cafés y bares donde cientos de turistas y algunos lugareños se detienen a tomar un descanso después de alguna larga caminata.
- Plaza de Sant Felip Neri: menos transitada que la Plaza Real, la Plaza de Sant Felip Neri es un modesto espacio que cuenta con una diminuta fuente central y es el lugar ideal para sentarse a leer un libro o simplemente para disfrutar del silencio. En dicha plaza se encuentra situada la iglesia que lleva el mismo nombre y que aún conserva impactos de bala en su fachada del año 1939.
- Catedral de Barcelona: a unos pasos de la Iglesia de Sant Felip Neri, se encuentra la Catedral de Barcelona, un famoso ejemplo de la arquitectura gótica catalana que data del siglo XIV. Su construcción, marcada por distintos estilos artísticos, se llevó a cabo sobre los restos de basílicas anteriores y tardó seis siglos en completarse. No lo pude comprobar personalmente, pero dicen que desde su terraza se tienen unas vistas espléndidas de toda la ciudad de Barcelona.
- Iglesia Santa María del Pi: y ya que hablamos de iglesias, no podemos ir al Gótico y no recorrer la Iglesia de Santa María del Pi. Situada en la plaza del mismo nombre, esta iglesia se destaca por su fachada formada por una pared de piedra con un enorme rosetón, dos grandes torres octogonales y un majestuoso pórtico. La leyenda cuenta que su nombre se debe a una imagen de la Virgen, la cual fue hallada en el tronco de un pino, razón por la cual fue plantado uno de estos árboles frente a la puerta principal.
- La Calle del Obispo: de los numerosos atractivos turísticos con los que cuenta el Barrio Gótico, no podemos dejar de mencionar el Carrer del Bisbe o la Calle del Obispo. Esta estrecha calle peatonal, que une la Plaza Sant Jaume con la Catedral, es una de las más fotografiadas de toda Barcelona. Se cuenta que por debajo del puente que la atraviesa, desfilaban los reos penados con la muerte. Esta leyenda forma parte de los miles de historias que rodean a esta pintoresca calle, adornada con gárgolas esculpidas por Pere Joan y por diferentes esculturas que representan un centauro acosado por una serpiente o una princesa que espera eternamente su rescate.
- Los antiguos comercios: frente a la Iglesia de Santa María podemos encontrar uno de los tantos comercios centenarios que alberga el Gótico: la Cuchillería Roca. Este bonito edificio, que fue sede del Gremio de Revendedores de Barcelona, es hoy uno de los locales más tradicionales del casco antiguo de la ciudad. De su fachada se destaca el gran cartel que reza “Solingen París Barcelona” y la vidriera de estilo vienés repleta de tijeras, brochas de afeitar, ungüentos, abrebotellas, sacacorchos, peines y navajas. En la actualidad, esta cuchillería que data de 1911, es frecuentada por profesionales, extranjeros y curiosos y forma parte del catálogo de paisaje urbano de la ciudad.
Otros negocios centenarios de la zona son la Cerería Subirá, la más antigua de Barcelona y la casa de disfraces El Ingenio. Este negocio, que data de 1938, está ubicado en un antiquísimo local en la calle Rauric y en él podemos encontrar cientos de productos relacionados con las fiestas como disfraces, juguetes y artículos de magia.
En cuanto a la gastronomía, no se puede pasar por alto la Calle Petrixtol, famosa por las pastelerías y granjas que alberga. Nada mejor que tomarse un chocolate con churros o un suizo con ensaimadas en cualquiera de los locales que ofrecen estas delicatessen como La Granja Pallaresa o la Granja Dulcinea, dos de las más tradicionales de la calle.
Quedan cientos de lugares emblemáticos del Gótico sin mencionar como la Plaza Nova o la Plaza de San Jaime.
Vale la pena subirse al metro y bajarse en sus alrededores, para descubrir y apreciar todos los tesoros que guarda la Barcelona de antaño y su glorioso pasado.
Un lugar magico al que siempre quiero regresar. Gracias Patricia
Norma Raquel
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Es verdad Norma, Barcelona es hermosa por donde se la mire!
Saludos, Patricia
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