Chichicastenango: mucho más que un mercado
Chichicastenango debe su fama a su templo, en el que hace cientos de años se halló el Popol Vuh y a su colorido mercado, el más grande de la región y uno de los más populares de Latinoamérica.
Este bellísimo pueblo ubicado en las tierras altas de Guatemala, es una comunidad quiché maya de 50.000 personas a las que hay que sumarle las casi 100.000 almas que viven en las 81 aldeas rurales aledañas.
Su nombre significa “Lugar de los chichicastes” o de las “zarzas” y hace referencia al Chichicaste, una planta que abunda en la región.
Podes llegar hasta Chichi, como le llaman los lugareños, en shuttle o en los buses locales o «chicken bus», que son esos coloridos vehículos escolares tan típicos de Guatemala. Cualquiera sea el medio que elijas para viajar, tene en cuenta que los días recomendados para hacerlo son los jueves y domingos, que son los días en los que funciona el mercado local.
Si estas en Antigua como yo, la opción más económica es caminar hasta la terminal de buses que se encuentra detrás del Mercado Local y allí tomar un bus hasta “Los Encuentros”. Tras 2 horas de viaje aproximadamente, te bajas y allí te subís a una combi que en 30 minutos te lleva hasta Chichi. Otra posibilidad es viajar desde Antigua hasta Chimaltenango y desde allí tomar otro bus hasta Chichi.
La segunda opción, más cara aunque más rápida, es el ya mencionado shuttle. Estas combis ofrecen servicio puerta a puerta y salen de Antigua a las 07:00 con un regreso programado para las 14:00. El costo del viaje ida y vuelta es de USD 20.
Por mi parte viajé en un bus local y luego de que este estacionara, pregunté en la calle cómo hacer para llegar al mercado. Siguiendo las indicaciones de los lugareños, bajé por una calle bastante empinada hasta toparme con un montón de puestitos callejeros que vendían desde relojes, hasta cd´s y artículos electrónicos.
Hasta ese momento, ninguna artesanía típica ni nada del colorido que me esperaba encontrar se hizo presente en el lugar. Seguí caminando sin detenerme, volví a doblar y ahora sí, casi sin darme cuenta estaba parada ante la célebre Iglesia de Santo Tomás.
La Iglesia de Santo Tomás, construida a mediados del año 1.500 sobre un templo maya, es el recinto religioso más famoso de Chichi. Sus 18 escalinatas exteriores simbolizan el calendario sagrado de los mayas, que consta de 18 meses con 20 días cada uno. Aquí, en Santo Tomás, se halló el manuscrito del Popol Vuh o Libro del Consejo, que es una recopilación de leyendas k’iche sobre el origen del mundo, de la civilización y de fenómenos naturales.
Al ingresar a la iglesia, a donde no se pueden tomar fotografías, soy testigo de un ritual que tiene más de maya que de católico y en donde las velas, el copal y el maíz son los protagonistas. Un guía local se ofrece a explicarme la ceremonia y la historia de la iglesia por 60 GTQ. Prometo volver más tarde, ya que mi intención es adentrarme en el mercado.
A los pies de la iglesia, se desarrolla el mercado al que cada jueves y domingo acuden cientos de artesanos de la región para vender sus productos. Máscaras talladas a mano, cubiertas, telas típicas, huipiles bordados, bolsas tejidas, alfarería, cerámica, joyería y vestimenta típica es algo de lo que puede encontrarse en cada uno de los diminutos puestos que se repiten en los estrechos callejones empedrados. También hay lugar para probar la comida típica y varios puestos donde comprar desde verduras, flores, lechones, gallinas, pavos hasta legumbres de todo tipo.
Por momentos se me complica recorrer el mercado con tranquilidad, porque todos intentan venderme algo y es imposible no tentarme. Los escucho atentamente y trato de no olvidarme de la regla número uno al visitar este lugar: todos los precios se pueden regatear. Del precio que te piden inicialmente vos ofertas la mitad, y a partir de allí empieza una danza de cifras hasta que llegas a un acuerdo. Logro escaparme de algunos de los comerciantes más insistentes, pero el mercado es tan laberíntico que sin quererlo vuelvo a transitar las mismas calles y a encontrarme con los mismos vendedores una y otra vez.
Sigo caminando y al cruzar la plaza me encuentro con la Iglesia del Calvario, cuyas escaleras y atrio son utilizadas por los indígenas para sus ofrendas. Muy cerca de allí se encuentra el Cerro Pascual Abaj, en donde se encuentra la deidad del mismo nombre, quien fuera un curandero que se convirtió en una roca. No subo porque ando sola, así que solo me dedico a disfrutar de las vistas panorámicas y a observar el colorido del cementerio local: bajo las lápidas de color blanco que simbolizan la pureza están enterrados los padres, las madres tienen asignado el color turquesa que simboliza la protección para las mujeres; los niños, con el celeste, las niñas, rosado, y los ancianos, bajo el color amarillo que simboliza la protección del sol sobre la humanidad.
Vuelvo al mercado y muchos de los artesanos me cuentan lo trabajoso que es confeccionar cualquier prenda textil y me enseñan a identificar los bordados a máquina, los bordados a mano y los realizados con los distintos tipos de telares. Dudo mucho a la hora de comprar un traje típico, porque me encantan, pero con el clima de Argentina imposible usar uno de esos pesados vestidos en verano.
Finalmente desisto del vestido, pero tras varias agotadoras rondas de regateo me traigo de recuerdo unas camisas bordadas a mano, unas bandejitas de madera y una agenda para regalar.
Cerca de las 15:00 y después de almorzar en uno de los puestitos de comida típica, salgo en busca del bus y emprendo el retorno a Antigua.
Detrás de mí queda el bullicio y el colorido de uno de los mercados más impresionantes que pude conocer.
Que lindo, me encantó! Porfa subi fotos de la ropa que compraste allá! Los vestidos eran lindos como se ven? Eran caros? Ahhh, me encanta los mercados, cuando vaya voy a tratar de llevar mucha plata para gastar!😀😀😀😀
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Hola Mariela, como estas? Te cuento: los vestidos son hermoooosoooos pero un tanto “pesados” para el clima en donde vivo. Con respecto al precio no eran caros, sobre todo si tenemos en cuenta lo trabajado que son, son bordados y teñidos a mano y lleva mucho tiempo confeccionar una prenda. Voy a ver si les saco una foto a las camisas que me compré y las subo al Instagram o a twitter. Te aviso cuando lo haga!
Saludos, Patricia
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Hola Patricia!
Buenísimo tu blog! Estoy pensando recorrer gran parte de Centroamérica y me ha ayudado muchísimo!
Tengo dos dudas muy puntuales de este articulo y tiene que ver con los traslados. Primero, cuanto mas economico es el traslado que hiciste por Los Encuentros vs los USD 20? Y segundo, cuanto se demora ese bus directo de USD 20?
Gracias. Saludos!
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Hola Mario, como estas? Muchísimas gracias por tu comentario y que bueno que te sirva la info publicada. Con respecto a los buses locales cuestan monedas, al cambio del dólar creo que no llegaba a USD 6, el tema es que llegan cuando llegan, no hay horarios establecidos y van parando en el camino. Si tenes tiempo, no dudes y hacelo de esta manera!!
Saludos y que tengas un excelente viaje! PD: si encontras otro medio alternativo para llegar u otros precios, después contame!
Patricia
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Gracias Patricia por toda la información que compartis! Estoy planeando un viaje sola a Guatemala y tu blog es de mucha ayuda!!
Martu
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Muchas gracias por tu comentario Martu y mucha suerte en tu viaje!!
Saludos, Patricia
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