Congonhas, la ciudad de los profetas del Aleijadinho
Si estas en Ouro Preto sin vehículo propio, viajar a la ciudad de Congonhas demanda cierta planificación.
Para empezar no hay un autobús directo, por lo tanto es necesario viajar hacía alguna ciudad intermedia como Ouro Branco y desde allí tomar otro autobús con destino a Congonhas. En este paso hay que verificar muy bien los horarios, sobre todo para evitar horas muertas en las desoladas rodoviarias de estas ciudades.

El día que resolvimos viajar a Congonhas, nos levantamos muy temprano (y con “muy temprano” me refiero a salir de la cama a las 06:30 am!). Los días en Ouro Preto hasta ese entonces habían sido cálidos y soleados, pero justo cuando nos decidimos a madrugar la ciudad amaneció nublada y con leves y pausadas lloviznas. Así y todo (y sin darle importancia al clima), caminamos hasta la rodoviaria de Ouro Preto, compramos el pasaje de ida por R$ 13,65 y tomamos el primer bus de la empresa Turín que partió a las 07:15 con destino a Ouro Branco.
Hay un segundo bus a las 13:15, pero lo descartamos porque viajando a esa hora nos perderíamos gran parte del día.

El bus arribó a la ciudad de Ouro Branco a las 08:30, tras aproximadamente 01:15 de viaje. Ni bien llegamos vimos que un colectivo con destino a Congonhas estaba a punto de partir, así que no dudamos y nos subimos al mismo. Abonamos al chofer R$ 5,60 y viajamos unos 30 minutos más hasta llegar a destino.
Pero eso no es todo, porque cuando el autobús se detiene en la rodoviaria de Congonhas hay que tomar otro bus regular para ir hasta centro histórico (está a 30 minutos caminando desde la Rodoviaria). Por suerte estos colectivos son más frecuentes y solo tuvimos que esperar unos pocos minutos hasta que vimos que se acercaba el autobús con destino a la “Basílica”. Abonamos los R$ 3,60 que cuesta el pasaje y en unos 10 minutos estábamos en el centro histórico de la ciudad.
Costo total del viaje de Ida: R$ 13,65 (Bus Ouro Preto a Ouro Branco)+ R$ 5,60 (Bus Ouro Branco a Congonhas) + R$ 3,60 (Bus Rodoviaria Congonhas a la Basílica)= R$ 22,85

Finalmente y después de más de 2 horas de viaje estábamos frente al imponente “Santuario Bom Jesús de Matosinhos”. El día seguía nublado y la llovizna se había intensificado, así que por mi parte aproveché para ingresar a la iglesia (entrada gratuita).
El «Santuario del Buen Jesús de Congonhas» es un conjunto arquitectónico y paisajístico formado por una iglesia, un atrio con esculturas de los doce profetas del antiguo testamento y seis capillas con escenas de la Pasión de Cristo. Estas obras datan de finales del Siglo XVIII e inicios del Siglo XIX y son el resultado del trabajo de varios maestros, artesanos y pintores, como Antonio Francisco Lisboa (Aleijadinho) y Manuel da Costa Ataíde.
Algo a destacar con respecto a estas obras es que no hay registro de escuelas de arte en Minas Gerais durante el Siglo XVIII. Los artistas aprendían su oficio en los talleres de los artesanos, muchos de los cuales requerían de la colaboración de otros aprendices y también esclavos. De allí toma fuerza la idea de que la producción artística de esta región es el resultado del esfuerzo colectivo y no individual.
Finalizada la visita al Santuario, fuimos en busca de un lugar para desayunar. Después de mucho caminar encontramos una pequeña lanchonete en donde compramos unos cafés y unas galletitas por R$ 3. Una vez que tuvimos la panza llena, seguimos recorriendo el centro histórico y esta vez bajamos por la calle de las artesanías para refugiarnos bajo un toldito hasta que cesara la llovizna. Aprovechamos para chusmear las artesanías y vimos que el souvenir más típico es la réplica en piedra sapo o madera de los 12 apóstoles.

Después de recorrer algunas tiendas caminamos en busca de la Romaria, un espacio que antiguamente cobijaba a los pobres que viajaban a Congonhas cada septiembre para asistir a los festejos del Jubileo. Hoy en día se ha transformado en un lugar de encuentro donde se realizan shows y exposiciones y donde también funciona el Museo de Mineralogía.

En la misma cuadra pudimos visitar el impresionante Museo de Congonhas (entrada gratuita) que posee una gran colección de arte religioso y colonial. El sitio cuenta con importantes obras de grandes maestros como Antonio Francisco de Lisboa y fue concebido como un espacio de interpretación del sitio histórico “Santuario del Buen Jesús de Congonhas”. La vista a este museo es imprescindible para entender el conjunto arquitectónico y la historia de la ciudad.

A la salida del museo y bajando por la Rua do Aleijadinho visitamos el Museo de la Imagen y la Memoria (entrada gratuita) y la Iglesia Matriz de San José, que solo vimos por fuera porque estaba cerrada.
Y no hay mucho más para ver en esta parte de la ciudad. Como podrán deducir, una visita de un día es suficiente para poder apreciar todo lo que la misma ofrece.

Como el bus para llevarnos a la rodoviaria no venía y aun estábamos a tiempo, elegimos caminar y de paso buscar un lugar para almorzar. Hay unos 30 minutos a pie desde el centro histórico hasta la terminal y se pueden hacer siguiendo el trayecto de la avenida Julia Kubischek.
Al llegar a la terminal, tomamos el autobús de las 16:15 con destino a la ciudad de Ouro Branco (R$ 5,60) y así dimos por finalizada la visita a esta histórica ciudad.

Bueno, esto es todo por ahora. Nos leemos en la próxima entrega!
Recordá que si estás por viajar a Minas Gerais y tenes dudas, podes dejarme un comentario y trataré de responderte a la brevedad.
Abrazos, Patricia
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